de Carlos Condori Y Valenka Rachitoff
Actualmente, un término de uso poco común está amenazando a la comunidad internacional. Cada vez, se presenta en más países y representa un riesgo latente en la economía mundial. Estamos hablando de la estanflación, una situación económica que es lo peor que le puede ocurrir a un Estado y que pone en alerta de crisis a varias naciones en el mundo.
El Perú es uno de los países que, según expertos, estaría dirigiéndose a un escenario de estanflación. Prueba de esto son los paros por los altos precios de los combustibles, a lo que se añade el incremento del desempleo y las protestas en todo el país que reclaman al Estado su ineficiencia para resolver las crisis sucesivas. Pero ¿sabemos realmente a qué situación nos dirigimos?, ¿somos conscientes de los riesgos que implica un escenario de esa índole? Países como México, Brasil e India ya lo atraviesan, ¿qué nos impide a nosotros terminar igual? Por estas y otras cuestiones, es importante conocer las características de los contextos asociados con el término precitado.
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE) el término “estanflación” significa “Situación de estancamiento económico, con aumento del paro y de la inflación”. Para entender este significado es necesario desglosar las palabras claves: “estancamiento económico”, “aumento del paro” e “inflación». Veamos el primero: el estancamiento es un crecimiento económico lento en un período prolongado. Esto, a su vez, se conecta con el aumento del paro, el cual es un aumento de la tasa de desempleo. Por último, tenemos un concepto universal: inflación. Este hace referencia al aumento de los precios en bienes o servicios.
El término en cuestión fue dado en 1965 por el ministro de finanzas británico de ese entonces, Ian Mcleod, a causa de la fusión de los términos “inflación” y “estancamiento”: «We now have the worst of both worlds — not just inflation on the one side or stagnation on the other. We have a sort of ‘stagflation’ situation» (“Ahora tenemos lo peor de ambos mundos, no solo la inflación por un lado o el estancamiento por el otro. Tenemos una especie de situación de estanflación”)
En otras palabras, la estanflación es un fenómeno que consiste en la combinación de inflación y estancamiento económico. La economía presenta un retroceso, es decir, no crece pero, al mismo tiempo, se aumenta notablemente el costo de vida (todo es más caro: los alimentos, los servicios, etc.)
Uno de los ejemplos más notables fue la crisis del petróleo en 1973. En este contexto, se tomó la decisión en diversos países del Golfo Pérsico de no exportar petróleo a Estados unidos y a otros países de Europa occidental. A raíz de esto, se dio un aumento del precio del petróleo y, por consiguiente, se produjo un incremento en el costo de producción, concepto resumido en el término “inflación de costes”. La inflación terminó llegando a los productos de consumo, mientras que la economía se encontraba estancada.
Actualmente, México, Brasil, Indonesia e India son los primeros países cuyos mercados han entrado en una etapa de estanflación. Esto significa que mantienen su inflación con una actividad económica lenta.
Paul Samuelson, premio Nobel de Economía en 1970, caracteriza la estanflación en estos contextos: “típico de las economías mixtas debido a factores diversos, donde las sociedades generan mecanismos institucionales como subsidios de desempleo, salarios mínimos, segmentación del mercado laboral, entre otros, que hacen que la economía reaccione de forma distinta a la teoría”.
Dicho de otro modo, según el especialista, la estanflación se suele evidenciar en las economías mixtas, es decir, los sistemas de organización económica en los que se combina la actuación del sector privado (empresas, negocios) con la del sector público (ministerios, Estado en general), donde este último tiene el rol de regulador y corrector del primero. Este escenario sucede ya que las economías mixtas presentan diversas medidas que alteran el comportamiento del mercado y, en consecuencia, la economía reacciona de modo distinto de los casos usuales provocando la estanflación.
Las consecuencias de la estanflación pueden afectar considerablemente la economía de un país y pueden desencadenar una situación de empobrecimiento e inestabilidad. Estas se evidencian con el decrecimiento de algunos sectores, como el caso de la producción de bienes. De hecho, a causa de la estanflación, los ciudadanos pueden comprar o adquirir menos bienes o servicios por el alza de los precios y la escasez de recursos, y el estancamiento produce un elevado desempleo y el decrecimiento del producto interior bruto (PIB).
En resumen, las consecuencias de la estanflación serán las de un estancamiento económico, pero maximizadas a causa de la inflación. No obstante, es importante resaltar que, siendo un concepto nuevo, los investigadores siguen estudiando sus causas y consecuencias, además de las posibles soluciones para resolver este tipo de escenarios.
¿Cómo nos afecta esto a nosotros? Gracias a un artículo publicado por El Comercio escrito por el economista Juan José Marthans, podemos tener una visión más amplia sobre este problema en nuestro país. El artículo, cuyo título es “Acercándonos a un escenario de estanflación”, que dicho sea de paso fue la inspiración para tocar este tema a fondo, nos lista una serie de causas por las cuales el Perú estaría alineado con un periodo de estanflación. Entre estas, destacan la incertidumbre e inestabilidad internacional, la falta de recursos contra la inflación creciente y el poco apoyo de la inversión privada en el país.
Sin embargo, esto aún es un caso hipotético del cual, por ahora, estamos exentos. Pero es importante que, así como este caso amenaza al Perú, amenaza a todos los países y se agrava como consecuencias de malas decisiones.
Prezzi alti, disoccupazione e indifferenza: cos’è la stagflazione e perché è una minaccia per tutti?
Attualmente, un termine di uso poco comune sta minacciando la comunità internazionale. Ogni volta compare in più paesi e rappresenta un rischio latente nell’economia mondiale. Stiamo parlando della stagflazione, la peggior situazione economica che possa capitare a uno Stato e che mette in allerta diverse nazioni nel mondo.
Il Perù è uno dei paesi che, secondo gli esperti, si starebbe avviando verso uno scenario di stagflazione. Ne sono prova gli scioperi dovuti ai prezzi elevati dei carburanti, a cui si aggiunge l’aumento della disoccupazione e le proteste in tutto il paese, che segnalano che lo Stato è inefficiente nel risolvere le crisi successive. Ma sappiamo davvero in quale situazione ci stiamo dirigendo? Siamo consapevoli dei rischi che un tale scenario comporta? Paesi come Messico, Brasile e India lo stanno già attraversando, cosa ci impedisce di fare la stessa loro fine? Per queste e altre questioni, è importante conoscere le caratteristiche dei contesti associati al suddetto termine.
Secondo il Dizionario della Reale Accademia della Lingua Spagnola (DRAE) il termine «stagflazione» significa «situazione di stagnazione economica, con aumento della disoccupazione e dell’inflazione». Per comprendere questo significato è necessario scomporre le parole chiave: “stagnazione economica”, “aumento della disoccupazione” e “inflazione”. Diamo un’occhiata alla prima: la stagnazione è una crescita economica lenta per un lungo periodo di tempo. Questa, a sua volta, è collegata all’aumento del tasso di disoccupazione. Infine, abbiamo un concetto universale: l’inflazione, che si riferisce all’aumento dei prezzi di beni o servizi.
Il termine in questione fu coniato nel 1965 dall’allora ministro delle finanze britannico, Ian Mcleod, grazie alla fusione dei termini «inflazione» e «stagnazione»: «We now have the worst of both worlds — not just inflation on the one side or stagnation on the other. We have a sort of ‘stagflation’ situation» («Ora abbiamo il peggio dei due mondi, non solo inflazione da un lato o stagnazione dall’altro. Abbiamo una sorta di situazione di stagflazione”).
In altre parole, la stagflazione è un fenomeno che consiste nella combinazione di inflazione e stagnazione economica. L’economia mostra una sorta di ritirata, cioè non cresce ma, allo stesso tempo, aumenta notevolmente il costo della vita (tutto è più caro: cibo, servizi, ecc.)
Uno degli esempi più notevoli è stata la crisi petrolifera del 1973. In questo contesto, in vari paesi del Golfo del Persico è stata presa la decisione di non esportare petrolio negli Stati Uniti e in altri paesi dell’Europa occidentale. In conseguenza si è verificato un aumento del prezzo del petrolio e, a causa di ciò, un aumento del costo di produzione, concetto riassunto nel termine “inflazione dei costi”. L’inflazione ha finito per raggiungere i prodotti di consumo, mentre l’economia è rimasta stagnante.
Attualmente Messico, Brasile, Indonesia e India sono i primi paesi i cui mercati sono entrati in una fase di stagflazione. Ciò significa che mantengono la loro inflazione con un’attività economica lenta.
Paul Samuelson, Premio Nobel per l’Economia nel 1970, caratterizza la stagflazione in questi contesti: «tipico delle economie miste a causa di vari fattori, in cui le società generano meccanismi istituzionali come sussidi di disoccupazione, salari minimi, segmentazione del mercato del lavoro, tra gli altri, che spingono l’economia a reagire in maniera diversa dalla teoria”.
In altre parole, secondo lo specialista, la stagflazione è solitamente evidente nelle economie miste, cioè nei sistemi di organizzazione economica in cui l’azione del settore privato (aziende, imprese) si coniuga con quella del settore pubblico (ministeri, Stato in generale), dove quest’ultimo ha il ruolo di regolatore e correttore del primo. Questo scenario si verifica perché le economie miste presentano diverse misure che alterano il comportamento del mercato e, di conseguenza, l’economia reagisce in modo diverso dai casi consueti, provocando la stagflazione.
Le conseguenze della stagflazione possono incidere significativamente sull’economia di un Paese e possono innescare una situazione di impoverimento e instabilità. Questi sono evidenziati dal calo in alcuni settori, come il caso della produzione di beni. Infatti, a causa della stagflazione, i cittadini possono acquistare o acquisire meno beni o servizi a causa dell’aumento dei prezzi e delle scarse risorse, e la stagnazione produce un’elevata disoccupazione e una diminuzione del prodotto interno lordo (PIL).
In breve, le conseguenze della stagflazione saranno quelle della stagnazione economica, ma massimizzate a causa dell’inflazione. Tuttavia, è importante sottolineare che, essendo un nuovo concetto, i ricercatori continuano a studiarne cause e conseguenze, nonché possibili soluzioni.
In che modo questo ci influenza? Grazie a un articolo pubblicato da El Comercio scritto dall’economista Juan José Marthans, possiamo avere una visione più ampia di questo problema nel nostro Paese. L’articolo, il cui titolo è «Acercándonos a un escenario de estanflación», che tra l’altro è stato lo spunto per affrontare questo tema in modo approfondito, elenca una serie di ragioni per cui il Perù sarebbe allineato a un periodo di stagflazione. Tra queste spiccano l’incertezza e l’instabilità internazionale, la mancanza di risorse contro l’aumento dell’inflazione e lo scarso sostegno degli investimenti privati nel Paese.
Tuttavia, questa è ancora una situazione ipotetica dalla quale, per ora, siamo esenti. Ma è importante che proprio come questo caso costituisce una minaccia per il Perù, lo è per tutti i paesi e peggiora in conseguenza di decisioni sbagliate.
Articolo tradotto da Francesco Nori