de Ariana Herrera y María Gracia Cabrera

El cajón peruano es conocido por muchos como el instrumento más distinguido y valioso de nuestro país. Desde que somos pequeños, crecemos escuchando el particular tamborileo que el instrumento produce al golpearse, con sus sonidos graves y agudos. Sin embargo, muchísimas personas desconocen de su origen único, que se remonta a la invención de la percusión en la antigua África, donde los esclavos trajeron sus tradiciones rítmicas y las adaptaron a cajas de madera en tiempos coloniales.

Símbolo de la música criolla y reconocido a nivel mundial, el enorme legado afroperuano del cajón lo ha llevado a ser declarado Patrimonio Cultural de la Nación en el 2001. El cajón ha dado lugar a una gran variedad de danzas y géneros tradicionales, como el festejo y el landó, acompañando también canciones icónicas como: «Toro Mata», «Fina Estampa», «Y se llama Perú», «Ritmo, color y sabor», «José Antonio», y «Cuando llora mi guitarra». Hoy en día, su sonido ha cruzado fronteras, integrándose en géneros como el flamenco y el jazz. Su ritmo, que nació en la lucha y la resistencia cultural, sigue resonando por todo el mundo, llevando consigo el alma y la tradición peruana en cada golpe.

Los comienzos del cajón

El cajón tiene una historia mucho más antigua de la que pensamos. El instrumento es un signo de liberación y expresionismo afroperuano. Algunas personas afirman que el cajón se creó a partir de los 1900, pero hay otros investigadores que afirman que el cajón ya existía desde los 1850. Todo inició cuando, en el siglo XVII, la Iglesia Católica prohibió el uso de los tambores, ya que estos eran símbolos paganos que permitían la comunicación a distancia entre los esclavos. En ese tiempo, los afroperuanos tenían la menor cantidad de derechos posibles. De este modo, también cesó su derecho a la libertad de expresión. La Iglesia Católica prohibió los tambores para privar a los esclavos de comunicación y así no causar peligro a la corona, quitándoles la última gota de su sentido de libertad.

No dejándose vencer, los esclavos decidieron crear un instrumento musical. Según el autor José Antonio del Busto, la creación de los cajones fue inmediatamente consecutiva a la prohibición de los tambores africanos. Por otro lado, el investigador argentino Carlos Castro dice que para las fiestas se usaba como percusión los cajones de frutas antes de que se prohibieran los tambores. Podemos afirmar que empezó a popularizarse en los siglos XVIII y XIV. Los esclavos peruanos no solo empezaron a usar el cajón como método de comunicación para reemplazar el cajón, sino también se empezó a usar de manera artística. Este instrumento empezó a ser característico de múltiples celebraciones de aquel tiempo, siendo también acompañado por el sonido de cucharas, maderas, mesas, sillas y calabazas huecas.

A pesar de saberse todo esto, hay varias dudas que surgen con los orígenes del cajón gracias a su grande expansión internacional. Hay muchas personas que todavía siguen afirmando que el cajón tiene origen en España, con el ritmo del flamenco. Afortunadamente, el músico Rafael Santa Cruz pudo contradecir la veracidad de esta noticia investigando sobre los verdaderos orígenes del cajón peruano, confirmando que se originó en la Costa central del Perú.

¡Qué ritmo tan famoso!

Poco a poco, el cajón peruano se convirtió en uno de los instrumentos más significativos de la música de la costa de nuestro país. Este no es solo conocido por su capacidad de producir ritmos característicos de la música criolla, pero sino también por su legado y cómo este instrumento surge de la fusión de influencias africanas, indígenas y españolas. El cajón se empezó a popularizar con el nacimiento de géneros musicales como el vals criollo, la marinera y el festejo. Especialmente, es fundamental para el vals criollo, ya que lo diferencia del vals francés gracias a su ritmo fuerte y sincopado. Junto al cajón, el vals se convirtió, a principios del siglo XX, un símbolo de la vida urbana limeña. Donde había festividades, diversión o cualquier tipo de encuentro social, se encontraba el cajón. Así se convirtió en el elemento más emblemático de la música costeña.

Sin embargo, no fue hasta la segunda mitad del siglo XX que la popularidad del cajón se consolidó. En estos años, el cajón empezó a formar parte de ritmos como el festejo y el tondero, muy populares en la costa peruana. El cajón también se empezó a difundir en ámbito internacional, siendo recogido por los españoles a eso de los años 1970. Estos decidieron incorporar el ritmo del cajón en su género más importante: el flamenco. Famosos músicos españoles, como el guitarrista Paco de Lucía, conocieron el cajón en una fiesta en Lima. Este evento fue propiamente lo que marcó el comienzo de la gran expansión global del cajón. Hoy en día se encuentra en muchos géneros musicales de todo el mundo, como el jazz y la música clásica.

El cajón peruano no se deja opacar

La importancia del cajón peruano no se desgasta con el tiempo. Al contrario, cada vez se sigue reconociendo más la importancia de este instrumento y también se encuentran nuevas adiciones a su legado. Es así como el 1 de noviembre del 2014 el cajón peruano pudo ser reconocido por la Organización de los Estados Americanos (OEA) como “Instrumento del Perú para las Américas.” Este reconocimiento fue entregado por Albert Ramdin, el secretario general adjunto de la OEA. Esta distinción lleva el objetivo de reconocer el valor histórico de uno de los instrumentos de percusión más importantes del mundo. La noche de la ceremonia de premiación del cajón puede ser recordado por nosotros, los peruanos, como una noche llena de orgullo, donde podemos ver por primera vez tener un instrumento originario de nuestro país un reconocimiento internacional de tan grande significancia.

Actualmente, el cajón peruano tiene un día de celebración en el calendario peruano, el 2 de agosto de cada año. Como peruanos, tenemos que seguir la gran reflexión que nos da Julie Guillert, participante de la organización del Día del Cajón Peruano: “Cultivar el cajón es clave hoy en día, sobre todo porque este instrumento ha trascendido en otros géneros musicales, y su origen peruano hay que resaltarlo.” Es verdad que debemos de estar agradecidos por la popularización del cajón peruano en el extranjero, mas no podemos dejar que se opaquen sus raíces. Otra oportunidad para celebrar el cajón peruano es en el día de la canción criolla, el 31 de octubre. Aquí no solo reconocemos al cajón, pero sino también a músicos característicos de la música criolla que también lo usaron, como Chabuca Granda, Zambo Cabero, Felipe Pinglo y Lucha Reyes. Hagamos que el legado del cajón persista, ya que es símbolo de la liberación y el patriotismo del Perú.