de Maria Fernanda Abino y Mia Garland

Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son trastornos psicológicos que conllevan alteraciones de la conducta alimentaria. La persona afectada muestra una fuerte preocupación en relación al peso, la imagen corporal y la alimentación, entre otros aspectos. Debido a estas alteraciones alimentarias, se pueden desencadenar enfermedades físicas importantes que, en casos extremos, pueden llegar a provocar la muerte (las causas más frecuentes son el suicidio y la desnutrición).

Hablemos de trastornos alimentarios - Diario con vos

Si la persona se somete a un tratamiento con un equipo multidisciplinar (médicos, enfermeros y psicólogos especializados en TCA), se puede curar. Son tratamientos largos y complejos, ya que un rasgo habitual de estos trastornos es la falta de conciencia de la enfermedad por parte de la persona afectada, que no es capaz de identificar las consecuencias negativas del trastorno ni la necesidad de someterse a un tratamiento ni los beneficios del mismo. Este hecho dificulta la adherencia al tratamiento en algunos casos. En este proceso, es imprescindible el papel de la familia y su apoyo a la persona afectada.

A pesar de que los tipos de trastornos alimenticios más conocidos son la anorexia y la bulimia, existen muchos más, que merecen ser también mencionados. En primer lugar, la anorexia nerviosa es un trastorno alimentario caracterizado por la pérdida de peso (o la falta de aumento de peso adecuado en niños en crecimiento), dificultades para mantener un peso corporal adecuado para la altura, la edad y la estatura; y, en muchos individuos, una imagen corporal distorsionada.

Otro de los TCA más famosos es la bulimia nerviosa, que se caracteriza por un ciclo de atracones y comportamientos compensatorios, como el vómito autoinducido, diseñados para deshacer o compensar los efectos de los atracones. El trastorno por atracón, el más común en los Estados Unidos, se caracteriza por episodios recurrentes de ingesta de grandes cantidades de comida, una sensación de pérdida de control durante el atracón, experimentar vergüenza, angustia o culpa después, y no utilizar regularmente medidas compensatorias poco saludables para contrarrestar el atracón.

Por otro lado, el término «ortorexia», que se acuñó en 1998, hace referencia a una obsesión por una alimentación adecuada o «saludable». Aunque ser consciente y preocuparse por la calidad nutricional de los alimentos que se ingieren no es un problema en sí mismo, las personas con ortorexia se obsesionan tanto con la llamada «alimentación saludable» que, en realidad, perjudican su propio bienestar.

El Trastorno de la Conducta Alimentaria No Especificado se desarrolló para englobar a las personas que no cumplen los criterios estrictos de la anorexia o la bulimia, pero que siguen padeciendo un trastorno alimentario importante. Otro de los TCA es el Trastorno alimentario selectivo, el cual implica limitaciones en la cantidad y/o tipos de alimentos consumidos, pero no implica ninguna angustia por la forma o el tamaño del cuerpo ni temores a la gordura.

Uno de los trastornos alimentarios más peculiares es la pica. Esta consiste en ingerir elementos que no suelen considerarse alimentos y que no tienen un valor nutricional significativo, como el pelo, la suciedad y los trozos de pintura. Otra acción que es considerada un TCA es el abuso de laxantes. Esto es grave y peligroso, e implica el uso repetido y frecuente de laxantes para eliminar calorías no deseadas, perder peso, «sentirse delgado» o «sentirse vacío».

Muchos nos preguntamos con frecuencia cuál puede ser la causa de los TCA. En realidad, los científicos no pueden decir con certeza qué causa exactamente un trastorno alimentario o predecir quién desarrollará uno. En general, la mayoría de los expertos están de acuerdo en que los trastornos alimentarios son enfermedades complicadas que no se derivan de una sola causa, sino de una interacción compleja de factores biológicos, psicológicos y ambientales. Se han estudiado, o se están estudiando, muchos factores como posibles contribuyentes al desarrollo de los trastornos alimentarios. En todos los tipos de TCA, es probable que los factores relacionados con la salud mental y la imagen corporal desempeñen un papel importante en la causa de los trastornos alimentarios. 

Los factores de riesgo pueden incluir ansiedad, depresión, baja autoestima y traumas, como el abuso sexual infantil. Los factores de estrés social, como la presión de los compañeros y la intimidación, también pueden estar involucrados. Los factores de riesgo relacionados con las conductas alimentarias y la imagen corporal también pueden estar relacionados con el desarrollo de trastornos alimentarios. Estos podrían incluir burlas relacionadas con el peso y comentarios críticos sobre el peso; tener una fijación con un cuerpo delgado; problemas de alimentación o gastrointestinales en la primera infancia; e insatisfacción corporal.

How to overcome eating disorder and body dysmorphia

Por otro lado, provenir de una familia con antecedentes de trastornos alimentarios puede aumentar el riesgo de que una persona desarrolle algún tipo de TCA. Una parte de este mayor riesgo podría deberse al modelado de comportamientos relacionados con los trastornos alimentarios dentro de una familia; por ejemplo, observar a un miembro de la familia haciendo dieta. Sin embargo, la investigación del estudio de gemelos, que puede aislar el papel de la genética, ha confirmado que aproximadamente del 40% al 60% del riesgo de anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y trastorno por atracón surge de la influencia genética.

La investigación genética más grande y rigurosa jamás realizada sobre los trastornos alimentarios, la Anorexia Nervosa Genetics Initiative (ANGI), está actualmente en curso en los Estados Unidos, Suecia, Australia, el Reino Unido y Dinamarca. Esta investigación podría proporcionar más información sobre el perfil genético que contribuye a los trastornos alimentarios. Estos hallazgos no implican que haya un solo gen de trastorno alimentario, o incluso que los genes causen trastornos alimentarios. Algunas personas pueden heredar rasgos como la ansiedad, el miedo, el perfeccionismo o el mal humor que se han asociado con el desarrollo de un trastorno alimentario. Estos aspectos del temperamento también se han relacionado con una serie de otros trastornos.

Cada año, la tasa de TCA aumenta sin parar. A escala mundial, el número de casos de TCA se ha duplicado en los últimos 18 años: la prevalencia ha pasado de 3,4% de la población a 7,8% entre el 2000 y 2018. Como hemos podido ver, un TCA no se desarrolla solo por el hecho de querer tener “el cuerpo ideal”, ya que hay distintos factores de riesgo, y uno de los más importantes es el ambiente en el cual vivimos. Es por este motivo que creemos necesario hablar sobre estos temas, pues solo así las familias serán más conscientes del poder que tienen para desarrollar un TCA en uno de sus miembros.

DCA: Chi sono i piú predisposti a svilupparne uno?

I disturbi del comportamento alimentare (DCA) sono disturbi psicologici che portano ad alterazioni nel comportamento alimentare. La persona colpita mostra una forte preoccupazione in relazione al peso, all’immagine corporea e alla dieta, tra gli altri aspetti. A causa di queste alterazioni alimentari, possono scatenarsi importanti malattie fisiche che, in casi estremi, possono portare alla morte (le cause più frequenti sono il suicidio e la denutrizione).

Se la persona si sottopone a un trattamento con un team multidisciplinare (medici, infermieri e psicologi specializzati in DCA), può essere curata. Sono trattamenti lunghi e complessi, poiché una caratteristica comune di questi disturbi è la mancanza di consapevolezza della malattia da parte della persona colpita, che non è in grado di identificare le conseguenze negative del disturbo o la necessità di sottoporsi a un trattamento o i benefici di esso. Questo fatto rende difficile l’applicazione del trattamento in alcuni casi. In questo processo, il sostegno della famiglia è essenziale per la persona colpita.

Sebbene i tipi più noti di disturbi alimentari siano l’anoressia e la bulimia, ce ne sono molti altri che meritano di essere nominati. Prima di tutto, l’anoressia nervosa è un disturbo alimentare caratterizzato dalla perdita di peso (o mancanza di un adeguato aumento di peso nei bambini durante la crescita), un’immagine corporea distorta, e difficoltà nel mantenere un peso corporeo adatto all’età e all’altezza.

Un altro dei DCA più famosi è la bulimia nervosa, che è caratterizzata da un ciclo di abbuffate e comportamenti compensatori, come il vomito autoindotto, progettato per annullare o compensare gli effetti del binge eating o alimentazione incontrollata. Il disturbo da alimentazione incontrollata, il più comune negli Stati Uniti, è caratterizzato da episodi ricorrenti di ingestione di grandi quantità di cibo, una sensazione di perdita di controllo durante l’alimentazione, il provare imbarazzo, angoscia o senso di colpa in seguito e il non utilizzare regolarmente misure compensative malsane per contrastarlo.

D’altra parte, il termine «ortoressia», che è stato coniato nel 1998, si riferisce a un’ossessione per una dieta adeguata o «sana». Sebbene essere consapevoli e preoccuparsi della qualità nutrizionale del cibo che si mangia non sia un problema in sé, le persone con ortoressia diventano così ossessionate dal cosiddetto «mangiare sano» che in realtà danneggiano il proprio benessere.

Il disturbo del comportamento alimentare non specificato (DCANS) è stato sviluppato per comprendere le persone che non soddisfano i criteri rigorosi per l’anoressia o la bulimia, ma che hanno ancora un disturbo alimentare importante. Un altro DCA è il disturbo alimentare selettivo, che comporta limitazioni sulla quantità e / o sui tipi di cibo consumato, ma non comporta nessuna angoscia per la forma o le dimensioni del corpo o le paure di ingrassare.

Uno dei disturbi alimentari più particolari è la pica. Questo consiste nell’ingerire elementi che di solito non sono considerati cibo e che non hanno un valore nutrizionale significativo, come capelli, sporcizia e pezzi di vernice. Un’altra azione che è considerata un DCA è l’abuso di lassativi. Questo è grave e pericoloso e comporta l’uso ripetuto e frequente di lassativi per eliminare calorie indesiderate, perdere peso, «sentirsi magri» o «sentirsi vuoti».

Molti di noi spesso si chiedono quale possa essere la causa dei DCA. In realtà, gli scienziati non possono dire con certezza cosa causi esattamente un disturbo alimentare o prevedere chi ne svilupperà uno. In generale, la maggior parte degli esperti concorda sul fatto che i disturbi alimentari sono malattie complicate che non derivano da una singola causa, ma da una complessa interazione di fattori biologici, psicologici e ambientali. Molti fattori sono stati studiati, o sono in fase di studio, come possibili contributi allo sviluppo di disturbi alimentari. In tutti i tipi di DCA, i fattori legati alla salute mentale e all’immagine corporea possono svolgere un ruolo importante nel causare disturbi alimentari.

I fattori di rischio possono includere ansia, depressione, bassa autostima e traumi, come l’abuso sessuale di minori. Possono anche essere coinvolti fattori di stress sociale, come la pressione dei coetanei e il bullismo. I fattori di rischio legati ai comportamenti alimentari e all’immagine corporea possono anche essere correlati allo sviluppo di disturbi alimentari. Questi potrebbero includere prese in giro legate al peso e commenti critici sul peso; avere una fissazione con un corpo snello; alimentazione o problemi gastrointestinali nella prima infanzia; e l’insoddisfazione del corpo.

D’altra parte, provenire da una famiglia con una storia di disturbi alimentari può aumentare il rischio di una persona di sviluppare una qualche forma di DCA. Una parte di questo aumento del rischio potrebbe essere dovuta all’ emulazione di comportamenti legati ai disturbi alimentari all’interno di una famiglia; ad esempio, osservando un membro della famiglia che fa una dieta. Tuttavia, la ricerca dello studio sui gemelli, che può isolare il ruolo della genetica, ha confermato che circa il 40-60% del rischio di anoressia nervosa, bulimia nervosa e disturbo da alimentazione incontrollata deriva da influenze genetiche.

La più grande e rigorosa ricerca genetica mai condotta sui disturbi alimentari, l’Anorexia Nervosa Genetics Initiative (ANGI), è attualmente in corso negli Stati Uniti, in Svezia, Australia, Regno Unito e Danimarca. Questa ricerca potrebbe fornire maggiori informazioni sul profilo genetico che contribuisce ai disturbi alimentari. Questi risultati non implicano che esista un singolo gene del disturbo alimentare, o anche che i geni causino disturbi alimentari. Alcune persone possono ereditare tratti come ansia, paura, perfezionismo o malumore che sono stati associati allo sviluppo di un disturbo alimentare. Questi aspetti del temperamento sono stati anche collegati a una serie di altri disturbi.

Ogni anno, il tasso di DCA aumenta senza sosta. A livello globale, il numero di casi di DCA di è raddoppiato negli ultimi 18 anni: la prevalenza è passata dal 3,4% della popolazione al 7,8% tra il 2000 e il 2018. Come abbiamo visto, un DCA non si sviluppa solo dal fatto di voler avere «il corpo ideale», poiché ci sono diversi fattori di rischio, e uno dei più importanti è l’ambiente in cui viviamo. È per questo motivo che riteniamo necessario parlare di questi temi, perché solo così le famiglie saranno più consapevoli del potere che hanno di sviluppare un DCA in uno dei suoi membri.

Articolo tradotto da Isabel Greco