de Fabian Benavides Velarde y Santhiago Ortiz Beltran – 1° Media B

Hace 2724 años, los paracas comenzaron a construir su ciudad junto con los «Hijos del Inti», seres que eran considerados hijos del sol. Estos llegaron para enseñarles avanzadas técnicas de agricultura, medicina y tejido. 

Sin embargo, del cielo cayeron otros dioses, criaturas muy extrañas que les pidieron a los paracas comida, provisiones, cerámicas y sacrificios. Por desconocimiento, los paracas se negaron, y los dioses se fueron enfadados.  Unos días después, comenzaron a sufrir sequías, plagas y terremotos. 

Todo era un caos: la gente moría y no sabían qué hacer, hasta que los Hijos del Inti tuvieron una idea: realizar un ritual para ofrecer a los dioses lo que requerían. Después de esto, los dioses se marcharon contentos y les brindaron lluvias, vegetación y cosechas. 

Los paracas, felices, llevaban a cabo rituales anualmente para continuar recibiendo lluvia y abundancia. Cientos de años después, cuando los españoles llegaron a la zona de Paracas, los paracas ya habían desaparecido.