De Flavia Mera Caro

El Día de la Canción Criolla es una fecha conmemorable que el 52% de los peruanos escoge celebrar cada año antes que Halloween. No lo digo yo, lo dice Ipsos. Y una estadística así de significativa demuestra de qué manera este trascendental evento influye en las vidas de adolescentes, adultos y mayores en la formación de su identidad. Pero, es necesario que, con esto en mente, nos hagamos la siguiente pregunta: ¿Cuánto sabemos de esta parte de nuestra cultura? Es por ello que navegaremos en sus orígenes y quienes fueron parte de este gran evento.
¿Sabías que inicialmente el Día de la Canción Criolla no se celebraba el 31 de octubre? Su primera fecha, según muchos historiadores, y sobre todo el tratadista de este género Aurelio Collantes, se remonta a la propuesta que hizo Juan Manuel Carrera de Corral, presidente del primer centro musical del criollismo, Carlos A. Saco. Fue él quien gestó la idea de la oficialización de esta fecha, tomada en cuenta por el entonces presidente peruano constitucional Manuel Prado Ugarteche mediante una resolución suprema, promulgando el Día Central del Criollismo el 18 de octubre de 1944, en la Plaza Francia en Lima. Sin embargo, fueron dos hechos los que incitaron al cambio de fecha al que conocemos hoy en día: la coincidencia con la salida del Señor de los Milagros, y la muerte de Lucha Reyes, reconocida cantante criolla que lastimosamente falleció el 31 de octubre de 1973.
Y exactamente, ¿qué es lo que está detrás de la música criolla? Porque la música criolla es como un buffet bastante rico, tanto en sabor como en contenido. Un género como este viene desde inicios del siglo XX, siendo característico de la costa peruana. Nos trae ritmos españoles, indígenas, africanos, y hasta limeños: tiene sus orígenes en la zamacueca, el vals vienés, la jota española, la polca, la música negra, melodías prehispánicas peruanas y ritmos afroamericanos. En resumen, un poco de todo. Es así como un género netamente urbano y limeño, se hace popular a través de la radio en la década de los años 1920, con canciones interpretadas por dúos conformados por un cantante y un guitarrista en las festividades populares.
Hablando de duetos, no podemos dejar de lado los exponentes de la música criolla, como lo fueron el cantante Eduardo Montes y el guitarrista César Augusto Manrique, siendo los considerados como los “padres del criollismo”. En 1911, viajaron a Nueva York para grabar para la Columbia Phonograph Company. Grabaron 91 discos de 78 rpm que se convirtieron en las primeras grabaciones de música peruana en el extranjero, con temas como “El Trovador”, una polca criolla.
Por otro lado, está Arturo “Zambo” Cavero. Su colaboración en duetos, especialmente con Óscar Avilés desde 1970, marcó una época dorada de la música criolla. Es recordado por su interpretación apasionada de valses y música afroperuana, pero nuestra imagen más vivida de él se remonta al 29 de marzo de 1977 cuando interpretó la canción de Augusto Polo Campos, “Contigo Perú”, en las eliminatorias al Mundial de Argentina 1978 contra Chile en Santiago.
También tenemos al “Bardo Inmortal”, Felipe Pinglo Alva, a quien el Ministerio de Cultura otorgó la “Personalidad Meritoria de la Cultura”. Estrenó el vals criollo “El Plebeyo” en 1931 en el Teatro Alfonso XIII del Callao, siendo parte de su debut gradual con otro tema un año antes, “Rosa Luz».
Luego tenemos a nuestra “Morena de Oro del Perú”, Lucha Reyes. Su debut fue en 1960, en el Teatro Pizarro, en la plaza Italia, Barrios Altos. Tiene temas conocidos e importantes para nuestro país, como “Mi propiedad privada”, un vals criollo.
Chabuca Granda fue otro ícono de la música criolla. Su legado trasciende desde 1950 con canciones emblemáticas como “La flor de la canela”. Su aporte al vals criollo y marinera la convierte en una figura fundamental en la difusión y modernización del género.
Bartola, Eva Ayllon, Lucia de la Cruz y Susana Baca formaron parte también de este gran movimiento, y muchos artistas más que ayudaron a la difusión del género. El Día de la Canción Criolla no es solo una fecha en el calendario, detrás hay personas, platos, canciones y tradiciones dignas de recordar y revivir. La música criolla nos lleva a ser peruanos más orgullosos, no solo del lugar en el que nacimos sino también la historia que cubrimos y el mensaje que damos a través de algo tan nuestro como lo es el buen ritmo y la buena sazón. ¡Peruano que se respeta, peruano que baila música criolla!
