de Rafaela Flores Ramsey, Gonzalo Jordan Centeno, María Jose de Orellana Perez y Costanza Giurfa Bardales

En Lima, dos distritos revelan la cara opuesta de una misma ciudad: San Isidro y Villa María del Triunfo. El primero destaca por su manejo de los residuos con un sistema de reciclaje moderno, eficiente y bien estructurado entre ciudadanía y una gran gestión municipal. Todo aquí funciona adecuadamente, con puntos limpios y campañas educativas que concientizan sobre la importancia del reciclaje. El otro presenta una realidad completamente diferente a la anterior, con reciclaje informal y una pobre gestión sanitaria. ¿Cómo es posible que una misma ciudad albergue dos realidades tan diferentes en relación con el cuidado ambiental?
San Isidro se ha convertido en un buen ejemplo de cómo manejar los residuos de forma moderna y responsable, no solo en Lima, sino en todo el país. En este distrito no solo hay una buena infraestructura para la limpieza y el reciclaje, como puntos limpios bien ubicados, rutas de recojo separadas y centros de acopio, sino que también hay vecinos que han adoptado el hábito de reciclar en su día a día. La municipalidad ha trabajado mucho en educar a la gente con programas continuos en colegios, empresas y casas, como el programa Recicla San Isidro. Así se promueve la idea de reutilizar y aprovechar mejor
los recursos, lo que ha ayudado a reducir la basura que va a los rellenos sanitarios. Además, se ha
logrado una buena coordinación con empresas privadas y recicladores formales, creando un sistema en el que todos tienen un papel importante.
Villa María del Triunfo
A diferencia de San Isidro, Villa María del Triunfo enfrenta una crisis en la gestión de residuos sólidos, marcada por problemas y la falta de acción por las autoridades. El distrito fue declarado en estado de emergencia debido al colapso en el manejo de basura, lo que ha provocado focos infecciosos y acumulación masiva de residuos en zonas urbanas y periféricas. La falta de un sistema de recolección eficiente se ven en el cúmulo de basurales y zonas llenas de basura de manera informal, calles invadidas por desechos y el deterioro progresivo de la calidad ambiental. Reportes municipales indican que durante campañas especiales se han llegado a recoger más de 800 toneladas de basura en pocos días, lo que evidencia una acumulación desmesurada de residuos y una ineficiencia operativa grave. Además, los ciudadanos enfrentan una deficiente infraestructura de reciclaje. No existen suficientes puntos ecológicos, y los contenedores están mal ubicados o deteriorados. Esto obstaculiza la división en la fuente y fomenta el desecho extremo de residuos reciclables junto con los orgánicos. Estos factores llevan a un escenario alarmante en el que los impactos sanitarios, sociales y medioambientales afectan de manera directa a la población. La ausencia de una estrategia integrada y de acciones sostenidas ha impedido que el distrito avance hacia una solución efectiva y sostenible en la gestión de sus residuos.
Comparación
Estas dos realidades opuestas en una misma ciudad evidencian la importancia de la gestión municipal, la infraestructura adecuada, la educación ambiental y la participación ciudadana para lograr un sistema de reciclaje efectivo y sostenible. Por un lado, San Isidro demuestra que con voluntad política, educación continua y alianzas estratégicas es posible implementar un sistema exitoso que mejora la calidad de vida y el medio ambiente. En cambio, Villa María del Triunfo refleja las consecuencias de la falta de gestión y recursos, que afectan directamente la salud y el bienestar de sus habitantes. Esta disparidad pone de manifiesto la necesidad de políticas integrales y equitativas en Lima que permitan replicar modelos exitosos y atender con soluciones adecuadas y sostenibles a las zonas más vulnerables.
Lima sostenible
Frente a este panorama, es urgente plantear soluciones que permitan reducir la brecha entre distritos. En primer lugar, se debe fortalecer la capacidad de gestión de los municipios más vulnerables, asegurando no solo la asignación de mayores recursos, sino también la fiscalización y la transparencia en su uso. La implementación de programas de educación ambiental sostenidos, diseñados específicamente para las realidades locales, es fundamental para fomentar una cultura de reciclaje desde la infancia. También es indispensable formalizar y dignificar la labor de los trabajadores informales
En Lima se han hecho bastantes programas de reciclaje, pero no todos han sido tan efectivos como deberían haber sido. En el año 2010 se hizo un programa de reciclaje llamado “Programa de segregacionismos en la fuente”. Este buscaba impulsar el reciclaje en toda la ciudad mediate la entrega de tachos diferenciados con la intención de poder segregar la basura en las casas para así hacer más fácil la selección y diferenciación de basura. Sin embargo, este proyecto no tuvo mucho éxito en diferentes zonas como San Juan de Lurigancho o Villa María del Triunfo por la falta de capacitación y la escasa participación de las personas que viven en estos distritos. Muchos vecinos no hacían la correcta diferenciación.
Después de haber investigado y aprendido un poco más de nuestro país, específicamente haber podido evaluar las diferencias con respecto al reciclaje en diferentes partes de Lima Metropolitana, hemos llegado a la conclusión que la ciudad de Lima
