De Vanessa Coaguila, Gael González y Ana Ríos

Durante los últimos 40 años, la cantidad anual de visitantes a Machu Picchu se ha vuelto 10 veces más grande que desde la década de los 80s. Esto ha causado que este lugar se haya convertido en el patrimonio cultural más popular y reconocido del país.

Sin embargo, esto también ha tenido consecuencias negativas en cuanto a la preservación del sitio arqueológico. Desde el 2018, las autoridades peruanas realizaron investigaciones que confirmaron que Machu Picchu se hunde a un ritmo alarmante de hasta 15 centímetros por año, y que esto podría causar que el sitio arqueológico se derrumbe. El 2023, Kyoji Sassa, un experto del Instituto sobre Investigaciones y Prevención de Desastres de la Universidad de Kioto, Japón, confirmó el estado crítico en el que se encuentra el sitio arqueológico.

Los Efectos del Turismo Excesivo


Por un lado, la erosión del suelo ha sido parcialmente causada por las fuertes lluvias y vientos andinos y los terremotos frecuentes en la zona. Sin embargo, buena parte del deterioro del suelo del sitio arqueológico ha sido causada por el turismo excesivo.  El suelo montañoso donde se encuentra la ciudadela se ve impactado por el peso de miles de visitantes y el tránsito constante.

Las paredes de las estructuras incas se desmoronan y desalinean rápidamente, lo que pone en peligro su estabilidad. Las consecuencias de este hundimiento son cada vez más evidentes. Las paredes exteriores de la ciudadela muestran grandes grietas y piedras fuera de lugar. Algunos muros internos se han derrumbado parcialmente y algunos senderos muestran hundimientos visibles. Los arqueólogos y autoridades que monitorean la zona constantemente han detectado el deterioro con diversos estudios de fotografía y escaneos láser tomados a lo largo de décadas.

Si el deterioro continúa, la identidad de la ciudadela se verá seriamente comprometida en un futuro cercano, ya que la pérdida de las estructuras originales afectaría la autenticidad del sitio. Cada pieza perdida o alterada implicaría una pérdida permanente de información sobre la civilización Inca.

Las Soluciones del Gobierno

En 2019 se implementó un plan de gestión que limita el número de visitantes diarios a 400 personas. Sin embargo, esta medida ha sido criticada por algunos que la consideran insuficiente. Se iniciaron proyectos de restauración y estabilización del terreno para disminuir los efectos del hundimiento, como una instalación de sistemas de drenaje para canalizar el agua de lluvia, la reconstrucción de muros de contención y el reforzamiento de cimientos. Pero a pesar de los esfuerzos realizados, las medidas actuales parecen no ser suficientes para frenar el hundimiento de Machu Picchu. El número de visitantes sigue siendo alto, y la erosión continúa su avance.

Los expertos advierten que se necesitan acciones más drásticas y urgentes para preservar este tesoro cultural para las generaciones venideras. Para promover el turismo ecológico y la sostenibilidad, las autoridades han puesto en marcha varios proyectos innovadores. Uno de ellos es la construcción del teleférico de Choquequirao, el cual reducirá la necesidad de transporte terrestre y, por lo tanto, la huella de carbono. También se están implementando sistemas de energía renovable y se promueve el uso de materiales biodegradables en las instalaciones turísticas cercanas.

En cuanto a la colaboración con otros sitios, Machu Picchu ha establecido alianzas con áreas naturales protegidas y sitios arqueológicos de Perú y otros países de la región, como México y Guatemala. Estas asociaciones permiten un intercambio de conocimientos y mejores prácticas en materia de turismo ecológico. La gestión de residuos, el abastecimiento de agua y la generación de energía son desafíos clave que se abordan con un enfoque ecológico.

Se han implementado sistemas de reciclaje y compostaje, se promueve el uso eficiente del agua y se exploran alternativas de energía renovable, como la solar y la eólica. Si bien aún no existen planes detallados a largo plazo, las autoridades son conscientes de la necesidad de adaptar el turismo ecológico en Machu Picchu a los impactos del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos. La infraestructura limitada, el acceso restringido y la necesidad de preservar la autenticidad del sitio son factores que deben abordarse de manera cuidadosa y creativa. Se han realizado esfuerzos significativos para promover el turismo ecológico y la sostenibilidad en Machu Picchu, pero aún queda un largo camino por recorrer y resultados que demostrar.

Lo que Todavía Queda por Hacer

Ante esta amenaza, los expertos instan a que se tomen acciones coordinadas entre todos los actores involucrados antes de que sea demasiado tarde. Primero que todo, se sugiere aumentar los fondos destinados a la conservación y mantenimiento del sitio arqueológico, además de implementar regulaciones más estrictas sobre el número máximo de visitantes permitidos por día.

Algunos mantienen una reducción aún mayor del número de visitantes, con un límite diario a 200 personas, es absolutamente necesaria. Por otro lado, se debe exigir a los turistas acatar todas las reglas y restricciones de comportamiento para minimizar el deterioro como, por ejemplo, evitar en lo posible caminar sobre las estructuras antiguas, contratar solo guías turísticos oficiales y certificados, y apoyar económicamente con entradas y donaciones los programas de conservación.

Al mismo tiempo se busca que las agencias de viaje promuevan rutas y recorridos alternativos para evitar la sobreexposición de las áreas más vulnerables. Además de educar a los turistas sobre comportamientos responsables y colaborar con el manejo de flujos de visitantes.