de Valentina Sarria Ramírez, Luciana Zevallos Carozzi y Stephanie Deza Villarroel – 3° Media C

《 Junuunay le dejó la última brasa ardiente a Jimut, quien la escondió en un lugar seguro. El carbón encendido fue oculto en una rama del árbol de Cuajaro, donde se expandió y multiplicó en secreto. Fue un niño llamado Serumaa quien, jugando entre los matorrales, reveló el misterio del fuego a la gente, aunque su voz se limitaba a repetir. “Skii… Skii… Skii… Fuego… Fuego… Fuego…”

La búsqueda del fuego se convirtió en una odisea para la comunidad, debido a que no se hallaban rastros de la fuente de calor. Por suerte, Jimut logró encender una llama al perforar y frotar dos palos del árbol Caujaro, iluminando así la oscuridad de la noche y llenando los corazones con alegría. Lamentablemente, Seruma fue transformado en el pájaro Sikiyuu, como castigo de Maleiwa, cuyo canto resuena como un eco eterno del regalo del fuego y la valentía de Jimut. 》

Él se encontraba en su habitación cuando, en su intento desesperado por encontrar una cura, recuerda la asombrosa historia que su abuela Suyana le contaba de pequeño. Fue en ese momento, en el que él visualizó el jarrón a lo lejos y lo conectó de inmediato con aquella historia. Gracias a eso, fue de inmediato a la habitación de la abuela, en donde ella se encontraba descansando debido a su condición de salud. Luca le preguntó sobre la historia que contaba cuando él era niño, y ella, con voz temblorosa y frágil, respondió: “Esa historia siempre fue muy especial, tenía un significado profundo para la familia. Pero cuando eras chiquito no te conté una cosa.” Él, muy curioso, le prestó más atención y ella prosiguió: “En mi pueblo natal, Lamas, solía correrse el rumor de una planta, que según dicen, tenía el poder de curar a quien la tuviera en su poder”. En ese momento, él, al no tener más alternativas, decidió emprender un viaje en busca de esta dichosa planta.

 Al llegar al aeropuerto de Tarapoto, comenzó a dudar sobre las probabilidades de que esta planta fuese realmente verosímil, pero, aun así, él decidió seguir con esto, ya que no tenía otras alternativas. Por ello, partió de Tarapoto a Lamas en bus, pero antes se informó sobre cómo era Lamas. Al investigar, vio en fotos un lugar verde y lleno de naturaleza con una gran variedad de árboles. Sin embargo, al llegar vio como una parte de Lamas presentaba una gran deforestación, entonces fue directamente a la plaza central a buscar un lugar donde quedarse; en ese momento, muchos iniciaron a acercarse a él para darle la bienvenida, pero solo hablaban quechua, y en un ataque de desesperación él grito: “¡Caramba!, no entiendo nada, ¿y ahora cómo voy a poder encontrar tan esperada planta?” En eso, un chico de aspecto de conocer a todos, se le acercó extrañado, ya que había sido el único en la comunidad en entenderlo. Y al darse cuenta de que sí lo podían entender, se emocionó, pero a la vez se avergonzó de sí mismo, debido a que esa había sido la primera impresión que causó en él. Contemporáneamente, él se presentó como Rahui y él como Luca. Él le preguntó por qué estaba estresado y Luca le comentó que no encontraba un lugar dónde dormir, entonces, él le ofreció que se quedara en su casa mientras estaba allí, Luca dijo que sí, y aprovechó el momento para pedirle si podía traducir algunas palabras que aparecían en la parte de abajo del jarrón, lo que decía era “chay pandilla” que traducido era el baile “la pandilla”, el cual por azares del destino, se presentarían al frente del castillo de Lamas. Rahui estaba extrañado ante tan extraña pregunta, pero igual lo tradujo. Al día siguiente, tomaron el bus para maravillarse con tal experiencia. Al llegar al castillo, pudieron observar a aquellos talentosos bailarines que le recordaron a una parte fundamental de la historia:

《Junuunay, preso del pánico, intentaba huir a toda prisa, pero sus pasos eran torpes y lentos, dificultando su escape, debido a que Maleiwa se lanzó en persecución del ladrón, con la determinación de impartir justicia. Él, atrapado en un callejón sin salida, convocó a Kenaa, un joven cazador, y le entregó un carbón encendido para ocultarlo. Kenaa, tomando la valiosa joya ardiente, se alejó velozmente sin ser detectado. Kenaa como castigo, se convirtió en una luciérnaga, condenándolo a brillar en las oscuras noches de invierno, mientras revoloteaba en el aire, recordando su engaño y la justicia divina que lo alcanzó.》

Al volver a la realidad, Luca analizó bien lo que había recordado y, junto a Rahui se dirigieron hacia el bosque en búsqueda del árbol de Cuajaro, mientras en la mente de Rahui, sólo había una cosa: el deseo de revivir a su difunta hermana con la flor de la vida que justamente estaba buscando Luca. Después de muchos días de ardua búsqueda, mientras seguían caminando, ellos escucharon un sonido que provenía de una cascada próxima a ellos. Al darse cuenta de esto, decidieron emprender camino hacia la cascada, debido a que este árbol sólo podía crecer en un lugar muy húmedo. Al llegar, no tuvieron que buscar mucho más, apenas lo vieron. Sabían que ese era el árbol, era el más grande y llamativo de todo el grupo de ellos.  Al ver aquella hermosa y llamativa flor, a Luca se le iluminaron los ojos y extrañamente sintió a Rahui con el mismo sentimiento. En cuanto volteó para preguntarle qué estaba pasando, Rahui lo empujó hacia la cascada, tan agresivamente, que Luca terminó cayendo sobre una roca que lo dejó inconsciente durante unos minutos, los cuales fueron esenciales para la huida de Rahui. En el momento en que yacía inconsciente en el río, recordó cómo inició todo.

《En tiempos antiguos, Maleiwa, dios creador de los wayuu, era el único poseedor del fuego. Lo mantenía lejos del alcance de los mortales, debido a que temía que si se les entregara lo usarían de manera imprudente, provocando incendios descontrolados y tragedias. Por esa razón, mantuvo el fuego oculto. Pero un día un joven astuto llamado Junuunay, con la excusa de querer calentarse frente al fuego, logró engañar a Maleiwa y robar dos brasas ardientes, escondiéndolas en un saquito antes de huir sigilosamente de la gruta. 》

Después de un largo silencio, se escuchó un sonido muy agudo. Luca empieza a sentir una fuerte vibración e intenta salir del agua, cuando llega a una roca, se sienta toca su bolsillo y siente su celular; él ve borroso y no lograba escuchar nada, pero sentía la vibración y era su mamá, le dicen: la abuela ha fallecido. Él suelta el celular y cae al agua, quedando en un completo silencio, mientras un fuerte viento caía sobre su rostro.