De Luca Sanchez Arista, Gabriel Arca Paredes, César Urucuhuaranga Huanca, Matías Feijo Ordoñez

Hace dos mil años existía un pueblo acuático junto a la formación rocosa conocida como “La Catedral”. Ese pueblo llevaba por nombre Yanu.
En ese pueblo, vivía una familia conformada por el papá de nombre Pawllu, un hombre alto y con una gran sabiduría; su hija Zamira, una niña de gran corazón y muy bondadosa, y la madre, Killa, quien falleció en el parto, al dar a luz a Zamira, dejando una profunda herida en el corazón de Pawllu.
Los Yanu adoraban al dios Maktu, dios del mar y creador de los Yanu. Zamira, cuando nació, fue bendecida por Maktu, ya que Maktu vio la bondad en su espíritu. Esa bendición le dejó unas marcas en sus brazos; debido a esto, los niños del pueblo la golpeaban y le causaban heridas graves.
Cuentan los pueblerinos que, si alguna vez mataran a la niña bendecida por Maktu, el dios tumbaría parte de la catedral de roca.
Un día Zamira llegó tan golpeada que Pawllu no pudo curar sus heridas y la niña falleció. Lleno de ira, Maktu derrumbó parte de la formación de La Catedral. Debido a esta caída, los Yanu quedaron sepultados bajo las aguas.
Se dice que después de tres mil años, los Yanu renacerían y repoblarían la Reserva Nacional de Paracas.
